sábado, 2 de septiembre de 2017

EL GRAN INCENDIO QUE ARRASÓ LA CIUDAD DE GUAYAQUIL.

EL GRAN INCENDIO QUE ARRASÓ LA CIUDAD DE GUAYAQUIL.


El Fuego que arrasó la ciudad de guayaquil el 10 de noviembre de 1764, siendo primer Gobernador Juan Antonio Zavala y Vergara. El fuego destruyó gran parte de la denominada ciudad nueva , desde el puente que limitaba con la ciudad vieja , hasta el colegio de la Compañía de Jesús. Fue uno de los más grandes incendios de la historia de Guayaquil. Destruyó casi en su totalidad la parte central de la ciudad de aquella época, incluyendo en su mayoría viviendas, las cuales según los registros se enumeran 150 casas. Del centro de la ciudad nueva solo permanecieron unas cuantas estructuras, mientras que cientos de personas perdieron sus hogares y sus puestos de trabajo.





Se crearon varias hipótesis entorno a los causantes del incendio, se dice que fue provocado por Centralistas Quiteños temerosos de una eventual autonomía Guayaquileña en plena revolución Liberal Alfarista, causado por celos del progreso de la ciudad y por el poder que poseía Guayaquil. Otro supuesto que las intenciones del incendio era despojar a Guayaquil de sus bancos, empresas y comercio para alejar la condición de capital económica del Ecuador en ese año. El incendio dejó secuelas imborrables en los Guayaquileños pero no detuvo su progreso.





“Era cerca de la medianoche cuando se oyó el lúgubre tañido de las campanas anunciando el fuego”. Estas palabras son parte del testimonio de Belisario González Bazo, horrorizado testigo del apocalíptico incendio que azotó Guayaquil entre el 5 y 6 de octubre de 1896.
La ciudad siempre fue víctima de los incendios, el fuego se había convertido en un elemento más de la cotidianidad de la ciudad, pero el flagelo de 1896 estuvo a punto de hacer desaparecer a la urbe. Guayaquil a un paso de ser engullida por un verdadero diluvio de llamas durante 48 largas horas.

El fuego, según las versiones oficiales, se inicia en el almacén de lencería La Joya, propiedad de Manssevitz & Bowski, número 161, ubicado en Malecón entre Pichincha y Aguirre, en horas de la noche. Cuando comienzan a sonar las campanas, señal de emergencia ante los incendios, la mayoría de la población de las zonas aledañas no tomaron mayor asunto, pues dos días antes la ciudad ya había tenido un conato de incendio en el sector de Malecón y Orellana. Nadie iba a prever que el fuego iba a extenderse de manera inmediata a todo el centro de la ciudad.

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